Un grupo relevante de estos organismos son los hongos y las anormalidades metabólicas que desencadenan en las plantas, mejor conocidas como enfermedades. Ejemplo de estas enfermedades son: el tizón tardío (Phytophthora infestans), Antracnosis (Colletotrichum spp.), Alternaia, Rhizoctonia, y Fusarium, entre otros.

Ante esta problemática, se han desarrollado estrategias para su control, la gran mayoría, basadas en el uso de moléculas sintéticas, que, si se usan correctamente son un arma de indiscutible eficacia; empleadas de mala manera pueden desencadenar problemas aún mayores.

Algunos de estos problemas son las intoxicaciones a las personas que entran en contacto directo con las moléculas, problemas fuertes de residualidad en frutos, contaminación al ambiente y el surgimiento de formas específicas o razas de patógenos cada vez más agresivas a través del desarrollo de resistencia genética a dichos compuestos químicos.

En la búsqueda de alternativas que permitan mantener un balance entre la ecología de patógenos y la producción agrícola, nos encontramos con el control biológico.

Esta actividad en el ámbito de la agricultura, significa la regulación de la población de un organismo que está afectando al cultivo y generando pérdidas económicas (plaga/enfermedad), mediante la acción de otro que naturalmente ha sido seleccionado para ejercer dicha función.

El uso de hongos y bacterias benéficas para el control de enfermedades es una alternativa altamente eficiente en el manejo fitosanitario, claro está, se debe tener un mínimo de conocimiento sobre los mecanismos de acción de las especies y principalmente sobre su manejo, ya que, al ser especies vivas, se deberán dar cuidados especiales, completamente diferentes que los que se les dan a los productos químicos convencionales.

Control biológico de Fitopatógenos.

En este tema, abordaremos la importancia de los biofungicidas como herramienta en el manejo de fitopatógenos y sus mecanismos de acción. Se describirán las alternativas que Farmacia Agroquímica de México ofrece al agricultor comprometido con los procesos eficientes y ecológicamente viables.

Se definió al control biológico como una condición bajo la cual la actividad o supervivencia de un fitopatógeno es reducida a través de un organismo vivo (excepto el hombre), como resultado de la reducción en la incidencia y/o severidad de la enfermedad causada por el patógeno.

Esta reducción de la actividad de un fitopatógeno, a través de la acción de un organismo vivo (hongo o bacteria) posee mecanismos de acción, que son:

Antibiosis

La antibiosis se refiere a la producción metabólica por parte de los microorganismos benéficos de moléculas tóxicas volátiles y no volátiles y de enzimas hidrolíticas como quitinasa, glucanasa, lipasas y proteasas.

En el caso de especies de Trichoderma las enzimas disuelven polímeros estructurales de los patógenos, provocando ruptura de paredes celulares y por ende, la muerte del mismo.

Micoparaitismo

Este mecanismo de acción se centra en el uso del patógeno como fuente de alimento, si el patógeno es un hongo, el antagonista será un micoparásito. El micoparásito normalmente es capaz de romper la pared celular del hospedante con quitinasa o glucanasas. Los micoparásitos mejor conocidos son los del género Trichoderma. Las hifas de Trichoderma penetran tanto las estructuras de supervivencia como esclerocios o hifas en estado de crecimiento.

Agentes de control biológico de Fitopatógenos.

Trichoderma spp. El género Trichoderma se caracteriza por albergar especies de hongos saprófitos habitantes en su mayoría del suelo, anaeróbicos facultativos, con un gran poder de adaptabilidad a muchos sustratos y resistencia a inhibidores microbianos, se puede encontrar casi en todos los climas del planeta tierra.

Los mecanismos de acción de este hongo son principalmente: competencia, micoparasitismo y antibiosis. Aunque puede presentar otros mecanismos de acción como la inducción de la resistencia de las plantas al ataque de patógenos mediante la producción de compuestos relacionados y la eliminación de compuestos tóxicos de las plantas producidos por fitopatógenos. A continuación, se describen.

Competencia: Este mecanismo de acción, también definido como antagonismo puede ser por espacio o nutrientes. Compite por espacio debido a que el hongo está biológicamente adaptado para colonizar de forma agresiva casi cualquier. Además, posee una alta tasa de crecimiento y esporulación. En suelos y sustratos esterilizados, es muy importante efectuar una distribución uniforme del hongo para poder efectuar una buena prevención de fitopatógenos mediante este mecanismo.

La competencia por nutrientes es básicamente por nitrógeno, carbohidratos no estructurales y microelementos.

Micoparasitismo: Con anterioridad se describió este mecanismo de acción, en el caso específico de Trichoderma, el hongo se desarrolla hacia el hospedante (fitopatógeno) atraído químicamente (quimiotropismo positivo), se adhiere a las hifas del mismo enrollándose y penetrándolas. Excreta gran cantidad de metabolitos, tales como enzimas (celulasas, glucanasas, lipasas, proteasas y quitinasas) que participan en la lisis (ruptura) de la pared celular de las hifas del hospedante (fitopatógeno). Las hifas de Trichoderma, absorben nutrientes del interior de las células del hospedante causando su degradación.

Antibiosis: La mayoría de las especies de Trichoderma producen metabolitos secundarios volátiles y no volátiles que tienen la capacidad de inhibir el desarrollo de patógenos aún sin estar en contacto directo con ellos, a estos compuestos se les conoce como antibióticos. Los antibióticos producidos por el hongo son: Trichodermina, metabolitos peptídicos, gliotoxina y viridina, estos dos últimos, volátiles.

  1. harzianum en específico, produce además de los anteriores, suzukacilina, dermadina, trichotecenos, trichorzianina y alameticina.

Los compuestos volátiles tienen efecto fungistático, estos debilitan al patógeno haciéndolo más susceptible a antibióticos.

Trichoderma sp. Fungicida Líquido.

En este contexto, Grupo Fagro ofrece Trikoplant®. Un producto recomendado para el control de enfermedades causadas por hogos edáficos que atacan tu cultivo.

Trikoplant invade las raíces de la planta actuando de forma antagónica en contra de hongos fitopatógenos que atacan a la planta, propicia la competencia por nutrientes, y debido a la emisión de metabolitos antifúngicos, se reduce la afectación de cultivos por enfermedades.

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