La calidad de las aguas, junto a la cantidad, es uno de los indicadores del componente sistemas ambientales para calcular el índice de sostenibilidad ambiental que considera la habilidad de los países para proteger el medio ambiente en las próximas décadas.

Existen variables con mayor uso las cuales son: la salinidad, la sodicidad, la alcalinidad y la toxicidad iónica específica y la tolerancia de los cultivos a la salinidad, tolerancia de los suelos a la salinidad, sodicidad y alcalinidad, manejo del riego y clima. Los principales indicadores para evaluar estas variables son el Sodio, el porciento de Sodio posible, el Carbonato de Sodio residual, el índice de permeabilidad potencial y efectiva, la conductividad eléctrica, el pH y el Boro, Cloruro y Sodio como indicadores de toxicidad.

Lo más importantes para el desarrollo de una región es la disponibilidad de fuentes de agua que reúnan los requisitos para varios propósitos; tanto en cantidad como en calidad. Los recursos hidráulicos en todo el mundo están sometidos a enormes presiones debido al incremento de la demanda de agua con mayor calidad.

Se indica que para evaluar la calidad del agua para el riego se debe definir tres criterios principales: salinidad, sodicidad y toxicidad. Para evaluar la salinidad es necesario considerar el tipo y cantidad de sales disueltas.

La salinidad es un problema externo de la planta y dificulta la absorción de agua; cuando es alta aumenta la velocidad de infiltración, porque contrarresta el efecto dispersivo del sodio, mientras que cuando es baja disminuye, como resultado de su naturaleza corrosiva. Los principales indicadores para tener en cuenta es la concentración total de sales solubles, los iones calcio, magnesio, sodio, potasio, sulfatos, cloruros, carbonatos, bicarbonatos, la conductividad eléctrica y PH.

La sodicidad se mide en relación a la concentración relativa del sodio con respecto a otros cationes. Una proporción alta de Sodio sobre el Calcio. Para evaluar la toxicidad se consideran la concentración de boro y otros elementos como el sodio y el cloruro.

La toxicidad es un problema interno que se produce cuando se tiene presencia de determinados iones, que son absorbidos principalmente por las raíces, las cuales se acumulan en las hojas mediante la transpiración, llegando como resultado tener concentraciones nocivas. Estos indicadores son definidos e incluyen la relación de adsorción de sodio, el carbonato de sodio residual, el pH, la conductividad eléctrica, el grado de acidez, porcentaje de sodio posible, salinidad efectiva, salinidad potencial, índice de permeabilidad.

La calidad del agua de riego afecta de forma muy relevante a la estabilidad estructural del suelo y a su capacidad para transmitir el agua y el aire, así como a las plantas cultivadas. Constituye una variable a controlar en la agricultura de regadío, tanto a nivel fuente aguas de riego y su impacto interno sobre cultivos y suelos como a nivel sumidero retornos de riego y su impacto externo sobre la calidad de los sistemas receptores. Las variables directas para medir la calidad del agua para el riego son: la salinidad, la sodicidad, la alcalinidad, la toxicidad iónica específica, tolerancia de los cultivos a la salinidad, tolerancia de los suelos a la salinidad, sodicidad y alcalinidad, manejo del riego y clima.

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