Los fungicidas agrícolas se clasifican en función de su modo de acción, y los fungicidas de contacto o protectantes son uno de los tipos más utilizados para prevenir enfermedades causadas por hongos en los cultivos. A diferencia de los fungicidas sistémicos, que son absorbidos por la planta y actúan internamente, los fungicidas de contacto forman una barrera protectora en la superficie de las hojas y tallos, impidiendo que las esporas de los hongos germinen e infecten el tejido vegetal. Estos productos son preventivos, lo que significa que deben aplicarse antes de que ocurra la infección para ser efectivos.

Modo de Acción de los Fungicidas de Contacto y Protectantes

El modo de acción de los fungicidas de contacto es principalmente preventivo. Actúan al permanecer en la superficie de la planta y entrar en contacto directo con las esporas del hongo patógeno. Cuando una espora de hongo entra en contacto con el fungicida, la acción química de este inhibe su germinación y desarrollo. Sin embargo, estos fungicidas no penetran en los tejidos de la planta, por lo que solo protegen las áreas donde se ha aplicado el producto, lo que requiere aplicaciones regulares para mantener una cobertura efectiva, especialmente después de lluvias o riegos pesados que pueden lavar el producto (Brent & Hollomon, 2007).

Los fungicidas de contacto, al no actuar dentro de la planta, no curan infecciones una vez que han comenzado. Por lo tanto, su efectividad depende de una aplicación oportuna y precisa, asegurando que las plantas estén completamente cubiertas antes de que el patógeno logre infectar. Además, debido a que tienen múltiples sitios de acción, estos productos presentan un bajo riesgo de desarrollar resistencia en los hongos, a diferencia de los fungicidas sistémicos con mecanismos de acción más específicos (FRAC, 2022).

Azufre como Fungicida Protectante de Contacto

El azufre es uno de los fungicidas protectantes más antiguos y ampliamente utilizados en la agricultura, con un historial que se remonta a la antigua Grecia. Funciona por contacto directo con las esporas de hongos, alterando su capacidad de germinar y crecer. Actúa principalmente mediante la inhibición de la respiración celular del hongo, interfiriendo en procesos metabólicos esenciales. Su uso es común para controlar enfermedades como el oídio en una amplia variedad de cultivos, incluyendo uvas, manzanas y hortalizas (Williams & Cooper, 2004). Además, el azufre tiene la ventaja de ser un producto natural y aprobado para su uso en agricultura orgánica.

Cobre como Fungicida de Contacto

Los compuestos a base de Cobre, como el sulfato de cobre y el oxicloruro de cobre, son otro grupo importante de fungicidas protectantes de contacto. El cobre actúa inhibiendo la actividad enzimática de los patógenos al causar la desnaturalización de proteínas y la interrupción de procesos metabólicos fundamentales. Al igual que el azufre, el cobre es eficaz en una amplia gama de patógenos fúngicos y bacterianos, como Phytophthora infestans (mildiu), que afecta cultivos de papa y tomate (Lamichhane et al., 2018). Su aplicación también es preventiva y, para mantener su efectividad, se debe reaplicar tras lluvias intensas que puedan lavar el cobre de la superficie de las plantas.

Mancozeb como Fungicida Protectante de Contacto

El mancozeb es un fungicida de contacto ampliamente utilizado en la agricultura para el control de una amplia gama de enfermedades fúngicas en cultivos como frutas, hortalizas y cereales. Su modo de acción involucra la inhibición de varios procesos metabólicos en los hongos, incluyendo la síntesis de lípidos y proteínas. Mancozeb es un fungicida de amplio espectro que actúa en múltiples sitios dentro de la célula fúngica, lo que reduce el riesgo de que los patógenos desarrollen resistencia. Se ha demostrado que es altamente efectivo contra enfermedades como el tizón temprano y el mildiu en cultivos de papa, tomate y uvas (Zhang et al., 2021). Al igual que otros fungicidas de contacto, requiere aplicaciones periódicas para mantener la protección, ya que no penetra en los tejidos de las plantas y puede ser eliminado por la lluvia.

Para estos casos, recomendamos la aplicación en conjunto con el adyuvante BioFilm, una resina de pino que forma una capa bioactiva con el Mancozeb, impidiendo su lavado total durante la lluvia.

Scoper MZ es un fungicida de contacto recomendado para utilizarse como preventivo al ataque de enfermedades fungosas en diferentes cultivos, presenta la combinación de tres ingredientes activos (hidróxido cúprico, azufre y mancozeb) con diferente mecanismo de acción permitiendo al usuario el uso frecuente de este producto sin riesgo de generar resistencia de los microorganismos por la constante exposición, sin embargo es aconsejable que el agricultor siga un correcto manejo integrado de enfermedades para minimizar cualquier riego de resistencia. 

Mecanismos de Acción de los Ingredientes Activos de Scoper MZ

Mancozeb: protector de contacto, preventivo. Inhibe la germinación de las esporas al afectar el metabolismo de lípidos, la respiración y producción de ATP.

Azufre Elemental: Las células de los hongos son permeables al azufre, el cual en el citoplasma afecta la cadena respiratoria mitocondrial. Produce sulfito de hidrogeno tóxico. La planta libera sulfuro de hidrogeno como mecanismo de defensa. El azufre aplicado a la hoja puede ser absorbido y metabolizado actuando como agente de defensa contra los patógenos.

Hidróxido Cúprico: Inhibe de manera preventiva la germinación de esporas, al liberar pequeñas cantidades de Iones de Cobre. El Cobre dentro de los hongos y bacterias fitopatógenas sustituye a otros elementos esenciales e intoxica sus células.

Bibliografía consultada

Brent, K. J., & Hollomon, D. W. (2007). Fungicide resistance in crop pathogens: how can it be managed? Fungicide Resistance Action Committee (FRAC). Retrieved from https://www.frac.info/

FRAC (2022). Fungicides: Modes of Action. Fungicide Resistance Action Committee (FRAC). Retrieved from https://www.frac.info/docs/default-source/publications

Lamichhane, J. R., Messéan, A., & Aubertot, J. N. (2018). The risk of fungicide resistance in phytopathogenic fungi associated with organic farming systems: How to reduce it? Agronomy for Sustainable Development, 38(3), 29.

Williams, R. J., & Cooper, K. M. (2004). Sulfur as a fungicide in organic farming systems: A review. Biocontrol Science and Technology, 14(7), 665-681.

Zhang, L., Sun, X., & Zhang, H. (2021). Fungicide Mancozeb: Mechanisms, Resistance, and Management. Plant Disease, 105(6), 1345-1353.

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