Las bacterias son organismos microscópicos unicelulares, típicamente con un tamaño que oscila entre 1 y 2 micrómetros, lo que las hace invisibles a simple. En relación con las plantas, estas bacterias pueden tener efectos tanto beneficiosos como perjudiciales. Algunos de estos microbios son permanentes en su hábitat, mientras que otros son temporales. A medida que las plantas maduran, las bacterias son uno de los grupos de microorganismos que colonizan sucesivamente sus estructuras.
Representan una amenaza constante para la agricultura global, causando pérdidas significativas en la producción de alimentos y dificultando la seguridad alimentaria en todo el mundo. Estos microorganismos pueden infectar una amplia variedad de cultivos, provocando enfermedades que afectan el rendimiento y la calidad de los cultivos. En este artículo, exploraremos algunas de las bacterias fitopatógenas más importantes en la agronomía y sus impactos en los cultivos.
Estas se distinguen de los hongos en que no tienen la capacidad de penetrar directamente en los tejidos de las plantas. En su lugar, requieren de heridas causadas por insectos, aves, nematodos y también por actividades humanas como el trasplante o la poda. Además, las bacterias aprovechan las aberturas naturales de las plantas como puertas de entrada.
La mayoría de las bacterias fitopatógenas crecen en el interior de las plantas hospedantes, en su superficie, en restos vegetales y en el suelo. En el suelo, estas bacterias prefieren habitar en materia vegetal y ocasionalmente en forma libre o saprofítica. También pueden sobrevivir dentro o sobre semillas, así como en insectos presentes en el suelo.
Las plantas afectadas por bacterias muestran síntomas que suelen manifestarse en el follaje y los frutos, como manchas y pecas en solanáceas como el chile, o en las raíces, como en el caso del tomate afectado por Ralstonia. A diferencia de los hongos, las bacterias causan lesiones como manchas, pecas, pudriciones húmedas con mal olor, chancros, moteados, roñones y costras, pero no producen micelios y su presencia es más notable bajo condiciones de alta humedad relativa o suelo encharcado.
En condiciones favorables, como alta humedad relativa o suelo encharcado, las enfermedades bacterianas pueden avanzar rápidamente debido a la rápida multiplicación de las bacterias, que puede ocurrir en cuestión de minutos. Por esta razón, el control de estas enfermedades con antibióticos requiere una frecuencia de aplicación más corta, generalmente no superior a 4 días, en comparación con la frecuencia habitualmente utilizada para fungicidas o insecticidas, que es de alrededor de 7 días.
Entre los principales géneros de bacterias que atacan a los cultivos se encuentran: Xanthomonas, Pseudomonas, Erwinia, Agrobacterium y Ralstonia:
1. Xanthomonas spp.
Las especies del género Xanthomonas son conocidas por causar enfermedades en una amplia gama de plantas cultivadas, incluyendo el tomate, el arroz, el maíz y los cítricos. Por ejemplo, Xanthomonas oryzae pv. oryzae es el agente causal de la enfermedad conocida como “mancha bacteriana del arroz”, que puede reducir significativamente los rendimientos del cultivo si no se controla adecuadamente.
2. Pseudomonas syringae
Pseudomonas syringae es otra bacteria fitopatógena importante que afecta a una amplia gama de cultivos, incluyendo el tomate, la lechuga, el manzano y el pepino. Esta bacteria puede causar enfermedades como la mancha bacteriana y el cancro bacteriano, que pueden resultar en la pérdida de cosechas enteras si no se manejan adecuadamente.
3. Erwinia spp.
Las especies de Erwinia son conocidas por causar enfermedades en una amplia variedad de cultivos, incluyendo el manzano, el peral y las plantas de la familia de las solanáceas. Por ejemplo, Erwinia amylovora es el agente causal de la enfermedad conocida como “fuego bacteriano”, que puede ser devastadora para los huertos de manzanos y perales.
4. Clavibacter michiganensis
Clavibacter michiganensis es una bacteria fitopatógena que afecta principalmente a los cultivos de tomate y pimiento. Causa enfermedades como la marchitez bacteriana del tomate, que puede provocar grandes pérdidas económicas en la producción de estos cultivos.
Las bacterias fitopatógenas representan una seria amenaza para la agricultura y la seguridad alimentaria a nivel mundial. La comprensión de estas bacterias y el desarrollo de estrategias efectivas de manejo son fundamentales para minimizar los impactos negativos en la producción de cultivos y garantizar el suministro de alimentos para la creciente población mundial.
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