Desde la antigüedad, diversas civilizaciones han utilizado extractos vegetales para el control de plagas, basándose en la observación y experimentación. Culturas como la china, egipcia y griega descubrieron que ciertas plantas no solo tenían propiedades medicinales, sino que también repelían o eliminaban insectos dañinos para sus cultivos. Con el tiempo, el conocimiento empírico dio paso a la investigación científica, lo que permitió identificar los compuestos activos responsables de estas propiedades insecticidas.

El uso de extractos vegetales como insecticidas ha ganado relevancia en la agricultura sostenible debido a su eficacia y menor impacto ambiental en comparación con los pesticidas sintéticos. Plantas como el ajo, clavo, albahaca, crisantemo y manzanilla contienen compuestos bioactivos que actúan contra diversas plagas.
Las plantas producen dos tipos de compuestos químicos: los primarios, esenciales para su crecimiento, desarrollo y reproducción (como los involucrados en la fotosíntesis y la síntesis de proteínas), y los secundarios, que no son vitales para su supervivencia, pero desempeñan funciones estratégicas, como la defensa contra plagas. Dentro de estos últimos se encuentran las sustancias con propiedades insecticidas y repelentes, responsables de la protección natural de muchas especies vegetales.
Entre los compuestos más destacados están los terpenos, que generan repelencia y dificultan la puesta de huevos de insectos; los fenoles, que reducen el apetito de las plagas; los taninos, que actúan como barrera química contra insectos; y las cumarinas, tóxicas para nematodos, ácaros y otros artrópodos. También se incluyen los alcaloides, como la nicotina, con efectos tóxicos sobre diversas plagas; los flavonoides, como la rotenona, con actividad repelente; y los compuestos azufrados, como los tiofenos, utilizados en el control natural de insectos. Estas sustancias han sido aprovechadas en la producción de biopesticidas, ofreciendo una alternativa más segura y sostenible frente a los agroquímicos convencionales.
Además, el uso alternativo de los extractos vegetales para el control de plagas con lleva a muchos beneficios, tanto a corto y largo plazo.
- Baja toxicidad para humanos y animales
A diferencia de los pesticidas sintéticos, los extractos vegetales suelen ser menos tóxicos para personas y fauna benéfica, como polinizadores y depredadores naturales de plagas. - Biodegradabilidad
Se degradan rápidamente en el medio ambiente, reduciendo el riesgo de acumulación de residuos tóxicos en suelos y aguas. - Reducción de la resistencia de plagas
Muchas plagas han desarrollado resistencia a los insecticidas químicos. El uso de extractos vegetales con múltiples compuestos activos dificulta la adaptación de los insectos. - Compatibilidad con la agricultura ecológica
Son aceptados en cultivos orgánicos y cumplen con regulaciones para una producción sostenible.
Elexa4 está compuesto por extractos vegetales que funcionan como una excelente alternativa para el control de ácaros:

- Ajo
El ajo es conocido por sus propiedades insecticidas y fungicidas. Un estudio publicado en Organic Agriculture en 2013 comparó tratamientos con extracto de ajo crudo y pimienta contra el pulgón de la col (Brevicoryne brassicae) y la polilla de la col (Plutella xylostella), encontrando que el extracto de ajo fue tan efectivo como los insecticidas químicos, además de ser más respetuoso con los enemigos naturales de las plagas.

- Clavo
El clavo de olor ha demostrado tener efectos. Investigaciones indican que extractos etanólicos de clavo afectan negativamente a la mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum), actuando como repelentes y disuasivos de alimentación. Esto sugiere su potencial en el manejo ecológico de plagas.

- Albahaca
La albahaca posee propiedades fungicidas e insecticidas. Un estudio realizado en Quito evaluó el uso de extractos de albahaca como alternativa a fungicidas sintéticos, destacando su carácter biodegradable y bajo impacto ambiental. Además, se ha observado que la albahaca puede repeler insectos debido a sus aceites esenciales.

- Crisantemo
El crisantemo es fuente de piretrinas, compuestos naturales con potente acción insecticida. Las piretrinas afectan el sistema nervioso de los insectos, siendo efectivas contra una amplia gama de plagas. Su uso como bioinsecticida es común en la agricultura ecológica debido a su rápida degradación y baja toxicidad para mamíferos.

- Manzanilla
La manzanilla ha sido utilizada en la elaboración de pesticidas botánicos. Un proyecto de investigación en Chile desarrolló formulaciones basadas en extractos de manzanilla para el control fitosanitario en la industria vitivinícola, evidenciando su potencial en el manejo de plagas
Dosis recomendada: 5mL/L de agua.