Comprendiendo primeramente que el suelo es un ambiente totalmente vivo, donde los microorganismos, insectos y minerales interactúan de manera conjunta, como un mundo totalmente nuevo. Cada elemento juega un papel importante en la composición del suelo y según el porcentaje de cada elemento difidencia el tipo de suelo de cada región. En el caso de la materia orgánica, su participación define la riqueza nutricional que tiene el suelo, así como la manera en que van a interactuar entre sí y que tan disponible van a estar para la planta. Entendiendo también que es un indicador de la salud nuestro suelo, entre mas esta presente, mayor es la interacción de microrganismos e insectos.

Su origen natural proviene de la descomposición de los restos de organismos vivos que se acumulan en la superficie del suelo. Este proceso implica la participación de diversos elementos como la temperatura, el agua y organismos vivos, tales como lombrices, insectos y microorganismos. A lo largo de esta fase de descomposición, se genera un conjunto complejo de macromoléculas en estado coloidal. Estas macromoléculas están compuestas por proteínas, azúcares, ácidos orgánicos, minerales, entre otros elementos. Este complejo constituye un sustrato sobre el cual continúa el proceso de degradación y síntesis.

Aunque constituye la fracción menos abundante en la composición del suelo, la materia orgánica emerge como el componente crucial que determina la calidad y productividad del suelo. Aspectos fundamentales como la fertilidad, la disponibilidad de agua, la susceptibilidad a la erosión, la compactación e incluso la resistencia de las plantas a insectos y enfermedades están significativamente condicionados por la presencia de materia orgánica en el suelo. La Materia Orgánica del Suelo (MOS) desempeña un papel de enlace entre las propiedades biológicas, químicas y físicas del suelo, asociándose y cumpliendo funciones esenciales en diversas actividades, como el ciclo de los nutrientes, la retención de agua y drenaje, el control de la erosión, la supresión de enfermedades y la remediación de la contaminación.

Mejora de la estructura del suelo

La materia orgánica actúa mejorando la estructura del suelo. Ayuda a formar agregados, que son pequeños grupos de partículas del suelo unidas entre sí. Esto crea porosidad en el suelo, facilitando el paso del agua, el aire y las raíces de las plantas. Una buena estructura del suelo es esencial para prevenir la compactación y promover un ambiente propicio para el crecimiento de las plantas.

Retención de agua y nutrientes

La capacidad de retención de agua de la materia orgánica es vital en regiones donde la disponibilidad de agua es un desafío. Los residuos orgánicos absorben y retienen el agua, liberándola gradualmente para las plantas. Además, la materia orgánica actúa como una reserva de nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas, liberándolos lentamente a medida que se descompone. Esto contribuye a la fertilidad del suelo y reduce la necesidad de fertilizantes químicos.

Fomento de la biodiversidad del suelo

El suelo es el hogar de una comunidad diversa de microorganismos, como bacterias, hongos y lombrices, que descomponen la materia orgánica. Estos organismos trabajan en simbiosis para mantener el equilibrio biológico del suelo. La presencia de materia orgánica proporciona alimento y un hábitat adecuado para estos microorganismos, promoviendo así la biodiversidad del suelo. Una biodiversidad rica beneficia la salud general del ecosistema y contribuye a la resistencia frente a enfermedades y plagas.

Sostenibilidad agrícola

La gestión adecuada de la materia orgánica en la agricultura es esencial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. La incorporación de residuos orgánicos, como compost y estiércol, en los campos agrícolas mejora la calidad del suelo y reduce la dependencia de fertilizantes sintéticos. Además, esta práctica ayuda a mitigar el cambio climático al almacenar carbono en el suelo y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La presencia o ausencia influye directamente en la productividad agrícola, la salud del ecosistema y la capacidad del suelo para resistir los desafíos ambientales. Cuidar y promover la materia orgánica en el suelo no solo es esencial para la agricultura sostenible, sino también para la preservación de nuestro principal y preciado recurso, que es el suelo. Así que, podemos decir que un suelo con una amplia cantidad en materia orgánica es un suelo rico y saludable, que al final del día nos contribuye principalmente.

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