Probablemente se trate de una de las plagas más comunes y difíciles de detectar. Por ello, identificar la presencia de ácaros en nuestras plantas debería ser una prioridad constante en aquellas de interior, y aún más durante el verano para las de exterior.

Es fundamental entender que los ácaros son diminutos artrópodos que se instalan en cualquier tipo de planta, incluyendo las de huerto. Sin embargo, lo realmente preocupante no es su presencia, sino su voracidad como chupadores y su extraordinaria capacidad para colonizar rápidamente cualquier planta. Esto puede llevar a una rápida degradación del estado de la planta e incluso a su muerte.
Sintomatología en las plantas afectadas
La presencia de ácaros fitófagos en las plantas se manifiesta a través de diversos síntomas, que pueden variar según la especie de ácaro y el tipo de planta hospedante:
- Manchas amarillentas o bronceadas en las hojas
Los ácaros extraen la savia de las hojas, lo que provoca la aparición de pequeñas manchas decoloradas o cloróticas. Con el tiempo, estas manchas pueden expandirse y adquirir un tono marrón o bronceado, debilitando la planta y dándole un aspecto marchito. - Presencia de finas telarañas en el envés de las hojas
Los ácaros de la familia Tetranychidae, como la araña roja, generan una capa de telarañas delgadas en la parte inferior de las hojas o entre los tallos. Estas redes les proporcionan protección contra depredadores y condiciones ambientales adversas, facilitando su rápida propagación. - Hojas deformadas o enrolladas
Algunas especies de ácaros, como los eriófidos, inyectan toxinas mientras se alimentan, lo que provoca deformaciones en las hojas. Esto puede hacer que se enrosquen, se deformen o presenten una textura rugosa y anormal. - Pérdida prematura del follaje
Si la infestación es grave, las hojas pueden caerse antes de tiempo debido al estrés causado por la extracción de savia y la alteración de las funciones vitales de la planta. Esto impacta directamente en su crecimiento y desarrollo. - Necrosis y muerte del tejido vegetal
En infestaciones avanzadas, algunas partes de la planta pueden presentar necrosis, es decir, tejido muerto. Esto se observa como manchas marrones o negras en los bordes de las hojas o en las zonas donde los ácaros han estado alimentándose de manera intensa. Con el tiempo, estas áreas afectadas pueden expandirse y comprometer aún más la salud de la planta. - Frutos dañados o deformados
Si los ácaros atacan cultivos frutales, los frutos pueden presentar alteraciones como cicatrices, manchas o deformaciones. Esto afecta tanto su calidad comercial como su desarrollo adecuado, reduciendo su valor en el mercado.

Importancia del monitoreo y control
Debido a su pequeño tamaño y rápida tasa de reproducción, los ácaros pueden pasar desapercibidos hasta que la infestación es severa. Por ello, es fundamental realizar monitoreos periódicos en los cultivos, prestando especial atención al envés de las hojas y buscando síntomas característicos.
Las estrategias de manejo incluyen el uso de acaricidas específicos, la implementación de controles biológicos mediante la introducción de depredadores naturales y prácticas culturales que reduzcan las condiciones favorables para su proliferación, como el control de malezas y la adecuada gestión del riego.

Los ácaros agrícolas representan una amenaza significativa para la salud de las plantas y la productividad de los cultivos. La identificación temprana y la implementación de medidas de control efectivas son esenciales para mitigar su impacto y garantizar la sostenibilidad agrícola.