Las fresas son varias especies de plantas, cultivadas por su fruto comestible. La fresa es una fruta de forma cónica o casi redonda, de tamaño variable según la especie. La planta de fresa es de tipo herbáceo, en tanto el sistema radicular es fasciculado y se compone de raíces y raicillas. Es pequeña de no más de 50 cm de altura, con numerosas hojas originadas en una corona o rizoma muy corto que se encuentra a nivel del suelo y constituye la base de crecimiento de la planta. Las flores son blancas, organizadas en cimas y tienen cáliz de 5 piezas hendidas, 5 pétalos redondeados y numerosos estambres y pistilos.

Importancia del cultivo de la fresa

En México el cultivo de la fresa ocupa el 1% de la superficie dedicada a la agricultura, es muy importante debido a que genera divisas, por ser un producto de exportación. En México la fresa se cultiva en 12 estados, pero solamente tres de ellos poseen un nivel significativo de producción: Michoacán, Baja California y Guanajuato, entidades que generan el 91.55% del total de producción nacional de fresa.

Condiciones de clima

La fresa es un cultivo que se adapta muy bien a muchos tipos de climas. Su parte vegetativa es altamente resistente a heladas, llegando a soportar Las altas temperaturas y los días largos (más de 12 horas de luz) provocan crecimiento vegetativo excesivo; las bajas temperaturas y los días cortos inducen la floración.  La zona apta para producción de fruta se ubica entre 1300 y 2000 msnm. Prefiere suelos equilibrados, ricos en materia orgánica, aireados, bien drenados, pero con cierta capacidad de retención de agua. Cabe señalar que temperaturas inferiores a 12°C durante el cuajado de los frutos produce frutos deformes.

Requerimiento nutricional del cultivo

La fresa tiene una alta demanda de Nitrógeno y Potasio debido a que son los mayores componentes de la fruta. Dosis óptimas de Nitrógeno y Potasio son esenciales para el desarrollo del cultivo. Sin embargo, niveles excesivos de Nitrógeno producen frutos blandos, retardan la maduración, disminuyen el rendimiento e incrementan la proliferación de enfermedades provocadas por hongos.

Producción de plántula

La propagación comercial de las plantas de fresa se hace de forma asexual (clones), mediante la multiplicación de estolones a partir de una “planta madre”. Hoy en día se cuenta con dos sistemas de producción de plantas de fresa a través de viveros, uno es la producción de planta a raíz desnuda y el otro es el de planta en cepellón. Sin embargo, en ambos sistemas se necesita iniciar con material vegetal (plantas madre) sano y genéticamente identificado, con características definidas.

Vivero de planta en cepellón

En el vivero de plantas en cepellón se deja que la planta madre emita estolones en los laterales de las canaletas formando especies de “cortinas”. En este tipo de vivero se dejan desarrollar a los estolones de forma suspendida, formando una especie de “cortinas” en los laterales de la canaleta. Las “cortinas” de nuevas plantas se tienen desarrolladas en tres meses a partir del establecimiento de la planta madre y se cosechan un mes después, es decir, si se requiere planta para julio o agosto debe establecerse la planta madre en los meses de febrero o marzo. Bajo este sistema se pueden lograr a obtener hasta 2 millones de plantas por hectárea.


La planta de fresa en cepellón ha tomado gran relevancia dentro de la propagación de la fresa, garantizando una mayor sanidad, precocidad y uniformidad en las nuevas plantas. Suele generarse en menor tiempo que la planta a raíz desnuda, evitando a su vez el uso de desinfectantes al suelo.

Enraizamiento.

 Cada grupo de plantas son enraizadas dentro de túneles individuales, dado que el tiempo de enraizamiento difiere entre cada grupo de plantas, lo cual es otra de las razones para agruparlas de esta forma. Para el enraizamiento se aplica un tratamiento con frío, además de algunos reguladores de crecimiento, como pueden ser las auxinas, junto con otros productos (calcio, fósforo o triptófano).

Proroot es un regulador de crecimiento diseñado para inducir y estimular el crecimiento de raíces y el engrosamiento de tallos.

Su formulación se basa en una mezcla balanceada de hormonas “enraizadoras”, macro nutrimentos y ácidos fúlvicos, los cuales son de fácil absorción y asimilación tanto por vía foliar o radical. Actúan en etapas de enraizamiento en cultivos de trasplante, inicio de floración y desarrollo de fruto, en donde es necesario principalmente para almacenar y transportar energía (ATP), regulando la actividad de diferentes compuestos intracelulares, y de este modo potenciar un mejor metabolismo a la planta.

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