Nuestros cultivos, al igual que los seres humanos y otros organismos vivos, enfrentan una variedad de estreses en su entorno. Estos estreses pueden afectar su crecimiento, desarrollo y productividad. Entender los tipos de estrés a los que se enfrentan las plantas y las soluciones posibles es crucial para asegurar su salud y maximizar su rendimiento, especialmente en contextos agrícolas.
Existen un buen numero de factores ambientales que presentan de desafío para nuestras plantas, se pueden caracterizar de la siguiente manera según el estrés que generan;
Estrés Biótico
Estos son causados por factores biológicos como lo son las enfermedades por patógenos, insectos, algún daño mecánico (Cortada, rama quebrada, herida en la corteza, etc.) causado por nuestra cuenta o alguna u otra herramienta. Esto se combate durante y después que la planta sea afectada por el estrés o daño ocasionado.
Estrés Abiótico
Es una de las principales causas de perdidas de producción en los cultivos, se caracterizan por prevenir de factores climáticos, tal como, las lluvias, fuertes vientos, altas y bajas temperaturas. Este tipo de estrés los conforman factores sobre los cuales no tenemos control total, es decir que la mejor manera de confrontar este estrés es preparar a nuestros cultivos antes de la llegada de ellos.
Algunas herramientas preventivas que pueden apoyar a nuestras plantas pueden ser las siguientes opciones;
– Implementar sistemas de riegos más eficientes.
– Mejorar las condiciones del suelo, como es las aportaciones de materia orgánica con el fin de mejorar la estructura del suelo.
– Usar coberturas de plásticos (Malla sombra, macro y micro túneles), protegiendo a nuestro cultivo de factores ambientales.
– Realizar a principios de temporada un análisis de suelo, nos ayuda a conocer las condiciones químicas y físicas del suelo. Permitiendo mejorar nuestro plan de nutrición, aportando así lo necesario a nuestro cultivo.
– Implementar estrategias de MIP (Manejo Integrado de Plagas), combinando métodos químicos y biológicos, así como rotando los grupos químicos de los productos que usamos en las aplicaciones.
– Establecer variedades resistentes a nuestro entorno, es decir una variedad que esté adaptada a las condiciones climáticas, altura y cuente con resistencia ante los ataques de los patógenos.
– Realizar un monitoreo continuo de las condiciones ambientes que se avecinan, esto nos permite estar preparadas antes posibles cambios drásticos de las temperaturas, humedad incluso de las condiciones tales como lluvia, granizos, seguías y fuertes vientos.
Un punto importante a considerar para saber que acciones tomar ante estos posibles escenarios, es la severidad y la duración del estrés, las plantas por si mismas cuentas con su propio mecanismo de defensa y herramientas que le permite resistir el estrés, sin embargo, es muy importe aportarle la ayuda necesaria para que su productividad no sea afectada del todo.
Es necesario aportar a nuestro cultivo una ayuda extra ya que mientras estas cuentan con su propio mecanismo, están gastando energías que son necesarios por un buen desarrollo. No solo es afectado el estado de la planta si no también la calidad su fruto y por ende el rendimiento.
Nerthus Vigore es un fertilizante orgánico que combina aminoácidos, antioxidantes, nutrientes y compuestos bioestimulantes extraídos de una mezcla equilibrada de diversas especies de microalgas. Está formulado para ser utilizado durante las fases de crecimiento activo de las plantas, proporcionando vigor y fortaleciendo su resistencia frente a condiciones de estrés abiótico.
Gracias a sus compuestos, la bioestimulación natural con l-a-aminoácidos altamente disponibles, permite a la planta ahorrar una gran cantidad de energía que necesita para sintetizar por su cuenta, además que potencia cada etapa del cultivo. Las auxinas, giberelinas y citocininas adicionadas, de origen natural provenientes de microalgas incrementa el vigor de las plántulas durante su desarrollo vegetativo. También facilita la recuperación de cultivos afectados por estrés abiótico, como temperaturas extremas, exceso o déficit de agua, y daños mecánicos por granizo.
Es especialmente eficaz en las primeras etapas del cultivo, como la producción de plántulas, el postransplante y el desarrollo vegetativo. Además, posee efectos antioxidantes que previenen el envejecimiento prematuro de células y tejidos, activa la fotosíntesis para obtener plantas más verdes y vigorosas, mejorando la absorción y distribución de nutrientes. Su efecto de bioestimulación equilibrada se debe a la composición balanceada de fitohormonas naturales, promoviendo así la emisión de yemas apicales y laterales, el grosor de los tallos y el fortalecimiento de los tejidos.
Dosis recomendada es de 3-5mL/L de agua.