Gran parte del desarrollo de las plantas está mediado por estímulos generados en el interior de sus órganos o como resultado de la organización que han alcanzado. Por ejemplo, una célula aislada de un órgano vegetal en desarrollo y cultivada in vitro, generalmente se divide y crece como lo haría in vivo. Pero en cultivo generalmente se tiene un crecimiento tumoral que da una masa desuniforme de células en tanto que en el tejido intacto se tendría la producción de una hoja, raíz o tallo según lo dicte la posición de la célula en el organismo. Así, esta clase de control es un resultado, a la vez que una causa, del crecimiento organizado. La proximidad de células o grupos de células “tejidos u órganos” permite la transferencia de metabolitos y otros compuestos, de modo que las reacciones metabólicas pueden estar influenciadas por los gradientes de los metabolitos que gobiernan el metabolismo celular según su posición en el organismo.
Además, el desarrollo puede ser afectado o controlado por hormonas, compuestos que se sintetizan en un lugar del organismo y se transportan a otro, donde actúan regulando el crecimiento, desarrollo y metabolismo de modos específicos y a muy bajas concentraciones. Generalmente el efecto de las hormonas es indirecto y son activas en pequeñísimas cantidades; por lo tanto, el efecto de los metabolitos, nutrientes y compuestos análogos, ya sea directamente sobre el metabolismo o indirectamente como inductores o correpresores, no constituye una acción hormonal. En realidad es muy difícil definir el término hormona vegetal con precisión. Muchas sustancias de tipo hormonal pueden actuar en su lugar de síntesis, actuar al parecer de modo no específico o actuar (como lo hacen algunos metabolitos) a nivel genético como inductores o represores. A menudo se prefiere el término fitorregulador refiriéndose a compuestos naturales o sintéticos que inducen respuestas en el crecimiento, el desarrollo o el metabolismo.
En general estas sustancias no son metabolitos en el sentido de que no son intermediarios ni productos en las vías de transformación que controlan, y son activas a concentraciones muy bajas. Se conocen varias clases de hormonas, algunas son sustancias promotoras del crecimiento y desarrollo, y otras son inhibidoras. Se postula además la existencia de varias hormonas en base a experimentos cuyos resultados no parecen poder interpretarse sin la implicación de estímulos aún no conocidos.
Tomado de: BIDWELL, R. G. S. 1979. Fisiología Vegetal. 1a. Ed. AGT Editor. México 784 pp.