El Sodio es un elemento abundante en la naturaleza, tan abundante que forma parte de los “minerales” del agua de mar y tenemos contacto con él diariamente en la sal de mesa, que es un compuesto llamado Cloruro de Sodio.
En agricultura, muchos elementos son necesarios para el desarrollo de las plantas, alrededor de 16 son los esenciales, entre macro y micronutrientes. El Sodio puede estar presente en tejidos vegetales, pero no es necesariamente un nutriente esencial, la planta puede crecer y desarrollarse en ausencia de éste. Sin embargo, en algunas ocasiones el Sodio puede sustituir funciones de otros elementos, como las del Potasio y las del Magnesio, sobre todo en actividades enzimáticas al interior de la planta. El mayor problema con el Sodio es que puede llegar a ser fitotóxico, es decir, a ciertas concentraciones, relativamente altas, puede causar daños en el tejido vegetal, que van desde el retraso del crecimiento hasta muerte de la planta.
El daño se da, cuando el Sodio se acumula en los tejidos, principalmente en los bordes de las hojas, causando quemaduras y atrofiando el tejido. Este fenómeno se presenta cuando en el suelo este elemento se encuentra libre en la solución y es absorbido de manera constante por las raíces del cultivo y acumulado en hojas.
Para poder determinar la cantidad de Sodio en suelo, es recomendable realizar un análisis de extracto saturado del suelo, con el que se conocerá el parámetro llamado Porcentaje de Sodio Intercambiable (PSI, por sus siglas). El PSI es una medida que representa el porcentaje de Na+ respecto a los demás cationes adsorbidos.
En la siguiente tabla se presenta un listado de cultivos con sus tolerancias al Sodio, representado como la medida de PSI que pueden soportar:
Sensibles | Semi-tolerantes | Tolerantes |
(PSI <15 %) | (PSI 15 – 40 %) | (PSI > 40%) |
Aguacate | Zanahoria | Alfalfa |
Frutales de hoja caduca | Trébol | Cebada |
Nogal | Festuca | Remolacha azucarera |
Chícharos | Lechuga | Algodón |
Algodón (en germinación) | Caña de azúcar | |
Maíz | Avena | |
Ejote | Cebolla | |
Pomelo | Rábano | |
Naranjo | Arroz | |
Melocotón | Centeno | |
Lenteja | Ryegrass italiano | |
Cacahuete | Sorgo | |
Pastos | Espinaca | |
Tomate | ||
Trigo |
Aunado al daño ocasionado en el tejido de la planta, principalmente en hojas, por la acumulación de Sodio, este elemento causa problemas serios en el suelo, como cambios en la estructura y permeabilidad.
La falta de estructura del suelo reduce la disponibilidad de oxígeno y capacidad de oxigenación en la zona radicular limitando el crecimiento de las plantas. La dura costra que se genera cuando se secan estos suelos dificulta el proceso de germinación e impide el normal crecimiento de las raíces.
Los iones de Na inhiben la asimilación de iones K, lo que se expresará en el cultivo como una deficiencia superior de K, bajando la actividad enzimática de la planta y la síntesis de proteínas.
Por otro lado, el aumento del pH, afecta la disponibilidad de ciertos nutrientes esenciales. La dificultad del agua de traspasar costras de defloculación o de humatos de sodio provoca estrés hídrico en la planta.
Por supuesto que, en el suelo, el Sodio también puede llegar a ser perjudicial; a través del PSI podemos determinar si ese Sodio pude ser un problema en los suelos agrícolas que estemos manejando.
En específico, las afectaciones por sodio en el suelo pueden agruparse como a continuación se presentan:
Efectos sobre las propiedades del suelo:
- Físicas: La sodicidad conduce a que la doble capa eléctrica se encuentre expandida. La expansión de la doble capa, debido a los efectos de valencia y elevado radio hidratado del ion Na+, produce dispersión y no hay formación de agregados. Al no generarse estructura (falta de porosidad) el movimiento de agua en este tipo de suelos es muy lento y la conductividad hidráulica es muy baja. En superficie, si hay presencia de texturas moderadamente finas a finas, se genera estructura de tipo laminar con fuerte encostramiento, dificultando la emergencia del cultivo.
- Químicas: En la solución del suelo existe una concentración elevada de sales sódicas capaces de sufrir hidrólisis alcalina, de tipo carbonato y bicarbonato de sodio. Estas sales de elevada solubilidad producen incrementos del pH del suelo a valores iguales o superiores a 8,5 (suelos fuertemente alcalinos) lo que dificulta de modo severo la disponibilidad de la mayoría de los nutrientes como así también la actividad biológica. Los suelos sódicos suelen presentar “costras negras” en su superficie, las cuales son humatos sódicos producto de la unión de la materia orgánica coloidal con el sodio presente. Estas costras negras son identificadas con facilidad sobre la superficie del suelo, permitiendo reconocer la problemática de sodicidad a simple vista.
SaltAway es un producto elaborado a base de ácidos carboxílicos y fuentes de reacción altamente ácida, que “bombardean” el Sodio y las sales en general del suelo, desplazándolas, además de bajar el pH de la rizósfera para permitir la activación del Calcio que se encuentra de forma natural en el suelo y disminuyendo así los problemas de salinidad y sodicidad.
Biotika Saponin es un producto elaborado a partir de saponinas esteroidales, muy útiles en el manejo de suelos salinos y sódicos, ya que promueven la penetración del agua y la captura e insulubilización de sales presentes en la solución del suelo.