El Zinc (Zn) es un elemento que es muy importante para el desarrollo de los árboles de nogal y desde luego en la producción de nueces. Sin embargo, históricamente, las deficiencias de Zinc han afectado a altos niveles la producción de nueces en el norte de México.
Inicialmente, se consideraba a la deficiencia de Zinc, como una enfermedad, desde luego debido al desconocimiento de la nutrición con microelementos; posteriormente se descubre la relación con el problema de “roseta” supuesta enfermedad con bajas concentraciones de Zinc en las hojas.
Su deficiencia produce clorosis intervenales fáciles de observar, lo que se ha relacionado con un papel estabilizador de la molécula de clorofila. Las alteraciones más típicas son la disminución del crecimiento de las hojas y el acortamiento en la longitud de los entrenudos (Hu y Sparks, 1991). Esta reducción del tallo se ha relacionado con la falta en la producción de ácido indolacético (AIA), una de las auxinas más importantes, ya que es un promotor de crecimiento (Chávez et al., 2003).
Un factor más a considerar es que prácticamente en todas las zonas de producción del Norte de México, los suelos son de neutros a alcalinos, tipo calcáreos, blanquecinos y arenosos; esto dificulta enormemente el aprovechamiento del Zinc, ya que de pH neutro a alcalino en el suelo, el elemento es menos asimilado por la planta a través de sus raíces.
La aspersión al follaje de elementos menores en los frutales es un método de suministro más rápido y efectivo que la aplicación al suelo, aunque el efecto de la aspersión foliar sobre la nutrición del árbol es temporal (Marschner, 1995). Sparks (2003) especificó que como el Zn no es translocado en el tejido vegetal, su aplicación foliar debe cubrir todo el árbol.
La aplicación al suelo de Quelatos de Zinc EDTA, ha resultado muy efectiva para mejorar la concentración del elemento en la parte foliar y minimizar los síntomas de deficiencia en hojas. Sin embargo, una sola aplicación no es suficiente; habrá que desarrollar un programa de manejo nutricional del cultivo incluyendo al Zinc, de manera anual.
El Zinc puede ser suministrado a través de formulaciones a base de Quelatos de Zinc (EDTA), que lo hacen muy estable y asimilable por la planta, a través de raíces y hojas. Es importante su aplicación durante las primeras etapas del cultivo para la correcta división celular y suministro en tejidos. Además, es necesario enriquecer los suelos con materia orgánica, y en medida de lo posible, aplicar fertilizantes de reacción ácida para contrarrestar el pH alcalino de los suelos.
Bibliografía:
CHÁVEZ, G. F. J.; FIGUEROA, V. U.; MEDINA, M. M. C. 2003. Abastecimiento de Micronutrimentos en Nogal Pecanero. NOGATEC. Torreón, Coahuila, México. pp. 12–16. Modificaciones al sistema de clasificación climática de Köppen. Universidad Nacional Autónoma de México. D.F. México.
HU, H.; SPARKS, D. 1991. Zinc deficiency inhibits chlorophyll synthesis and gas exchange in Stuart Pecan. Hort Science 26(3): 267–268.
MARSCHNER, H. 1995. Mineral nutrition of higher plants. 2ª ed. Academic Press. New York, USA. pp. 206–312.
SPARKS, D. 2003. Revisiting the literatura: Timining fertilizer application for pecan. Pecan South 36(6): 12–15.