La poda es una práctica que regula la capacidad vegetativa y reproductiva de las plantas. Esa capacidad está definida genéticamente por la variedad y es fuertemente influenciada por el portainjerto y por las condiciones de clima, suelo y manejo del cultivo. Así, en durazneros, la poda es, junto con el raleo de frutos, la práctica cultural de mayor incidencia sobre los rendimientos y la calidad de los frutos y, por ende, influye significativamente en la rentabilidad del cultivo (Ojer, et al, 2011).
De acuerdo con Valentini y Arroyo, 2003, la poda consiste, esencialmente, en eliminar una parte de un árbol, un arbusto o una planta florífera con el objeto de ayudar a la naturaleza en el sentido y en la dirección útil al hombre. En su concepto más amplio, consiste en el conjunto de operaciones que se realizan directamente sobre el esqueleto o sobre la copa de las plantas con el fin de:
- Modificar y/o controlar el tamaño
- Formar la planta y regular la cantidad de flores y frutos
La poda no sólo regula la carga frutal, también se producen otras respuestas en la planta, por lo que es necesario el conocimiento de los principios fisiológicos y sus efectos, para que se logre alcanzar la máxima rentabilidad y la sustentabilidad del cultivo en el tiempo (Ojer, et al, 2011).
En general, existen tres tipos de poda aplicables tanto a árboles frutales como plantas ornamentales, aunque hay variantes de ellas, las más importantes, técnicamente hablando, según Valentini y Arroyo, 2003, son:
a). Poda de formación. Básicamente, tiende a lograr una planta bien dotada, con ramas dispuestas en forma conveniente, bien equilibradas de acuerdo al objetivo perseguido (seto, vaso abierto, planta de bajo porte, enredadera, etc).
Durante este período la planta se caracteriza por una intensa actividad vegetativa y por la ausente o escasa fructificación. Se debe tener en cuenta que la poda ejerce una acción depresiva sobre el desarrollo del tronco, de la copa y del sistema radicular, mientras que por el contrario, la acción ejercida sobre ramas individuales estimula su actividad vegetativa por lo que resultan más vigorosas y revestidas de un número mayor de hojas más grandes.
Teniendo en cuenta lo expuesto, la poda de formación debe cumplir con las siguientes exigencias:
- El esqueleto de la planta debe formarse en el tiempo más breve posible.
- Las ramas que constituirán el esqueleto deben elegirse cuando están todavía en el estado de brotes y seguidas hasta su completo desarrollo, eliminando los brotes competentes y regulando su vigor mediante la modificación de su ángulo de inserción. En algunas especies (por ej. duraznero) la formación de ramas de segundo y tercer orden puede lograrse fácilmente empleando tanto los brotes normales como los anticipados.
- Además de las ramas para la formación del esqueleto deben guiarse las ramas de renovación.
b) Poda de floración o fructificación. Regula la producción de flores y frutos. Se aplica gradualmente a los árboles adultos para conservar la forma impuesta y para regular la relación entre la actividad vegetativa y la productiva
c) Poda de rejuvenecimiento. Se efectúa, normalmente, en árboles y arbustos en el período final del ciclo biológico para estimular la actividad vegetativa. Se aplica también en el caso de ejemplares descuidados, mal formados y de escasa floración.
Otros tipos de poda cuya utilización es ocasional y muy específica son las Podas de Reforma para modificar la conformación de la copa y las Podas de Saneamiento destinadas a plantas con ramas o troncos deteriorados.
La poda es una de las actividades más importantes que se debe realizar desde el establecimiento y durante el desarrollo de los huertos frutales, puesto que tiene una incidencia fundamental sobre la producción. Resulta evidente que la poda no puede suplir la deficiencia de otras actividades que también son clave, como el riego, la fertilización y la protección sanitaria.
Posterior a la actividad de la poda, es necesario aplicar ciertos productos que nos ayudarán a activar el cultivo y otros para mantener la fitosanidad del mismo:
Impulssor Vegetal: Es un regulador de crecimiento a base de sustancias naturales y sintéticas que ejercen un efecto bioestimulante y nutricional sobre el cultivo, de manera balanceada, para que éste exprese su mayor potencial para la producción.
Scoper MZ: Es un fungicida sintético de amplio espectro ideal para formar una capa de protección contra enfermedades ocasionadas por hongos, que atacan sobre las ramas y tallos que fueron cortados. Scoper MZ forma una capa protectora sobre dichas heridas.
Bibliografía
González-Durán I., y Salazar-García S. 2007. Uso de la Poda Progresiva para recuperar la productividad de huertos emboscados de aguacate “Hass” en Nayarit. Centro de Investigación Regional del Pacífico Centro. Campo Experimental Santiago Ixcuintla (INIFAP).
Ojer, M. (ed). 2011. Producción de duraznos para industria. Mendoza, Argentina, FCA Universidad Nacional de Cuyo. Cap. 8, pp. 79-94.
Valentini G., Arroyo L. 2003. La poda en frutales y ornamentales. Consideraciones básicas. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Centro Regional Buenos Aires Norte.