¿Por qué se ponen amarillas las plantas? Esta es una pregunta que cualquiera de los que nos dedicamos al mundo de las plantas, ya sea agricultores, jardineros o aficionados de la jardinería y huertos en casa nos hemos preguntado alguna vez, y es que es algo común que por lo regular ocurre en alguna etapa de nuestro cultivo o en alguna estación del año.
Hay varias explicaciones para estos cambios de color en la planta y generalmente obedecen a dos principales motivos: el primero tiene que ver con la fisiología de la planta: la etapa fenológica en la que se encuentre, sus necesidades nutricionales o alguna fuente de estrés que ocasiona una mala absorción de nutrientes, y el segundo, tiene que ver con la fitosanidad de dicha planta, el ataque de algunos hongos o bacterias. En este artículo abordaremos los amarillamientos (clorosis) de una planta desde el punto de vista fisiológico.
Desde el punto de la Fisiología de la planta:
Para que una planta crezca y se desarrolle de manera correcta (obedeciendo a su genética) requiere de aproximadamente 16 a 17 elementos nutricionales (que pueden estar en los llamados fertilizantes), 3 de ellos, los tomará la planta a través de hojas y raíces de manera natural del ambiente, el Carbono, el Hidrógeno y el Oxígeno (orgánicos). Sin embargo, hay otros 13 elementos que no siempre se encuentran de manera óptima en el suelo y agua; son los elementos minerales.
Uno de los elementos de ese grupo (los minerales) más importante, es el Nitrógeno (también se puede obtener una fracción orgánica de él). El Nitrógeno es abundante en la atmósfera; aproximadamente el 78% de la composición de la atmósfera es este elemento, sin embargo, no es asimilable directamente por la planta, la planta lo absorbe a través de sus raíces con la ayuda de ciertas bacterias conocidas como Fijadoras de Nitrógeno (FN), otra fracción de Nitrógeno es proveniente de la Materia Orgánica.
Cuando por el manejo que se le da al suelo las bacterias FN son escasas y la Materia Orgánica se agota, las plantas podrían expresar un síntoma de deficiencia de Nitrógeno, principalmente en sus hojas, y a este punto es al que vamos, el Nitrógeno es un elemento clave (junto con el Magnesio), para la formación de la clorofila, ese pigmento verde en la planta que absorbe la energía solar para la fotosíntesis; sin Nitrógeno, la planta pierde ese verde intenso y se vuelve amarillenta y débil, de manera general en todas sus hojas.
Como lo mencioné anteriormente, el Magnesio es otro elemento fundamental para la síntesis de clorofila, luego entonces, un síntoma claro de deficiencia de este elemento, es un tipo de amarillamiento. Pero ahora nos surge otra duda, ¿cómo diferenciar ambos tipos de amarillamiento, el de falta de Magnesio del de Nitrógeno?, es más sencillo de lo que parece, el amarillamiento por Nitrógeno es uniforme en la hoja, el amarillamiento por falta de Magnesio, solo ocurre entre las nervaduras de la hoja, de modo que dichas nervaduras quedan marcadamente más verdes que el resto de las hojas.
Otros elementos como el Fierro y el Zinc son importantes también para la síntesis de la clorofila, son elementos muy necesarios en las primeras etapas del cultivo y en el caso de nueces son importantes hasta poco antes del llenado de fruto. Estos son elementos poco móviles y los amarillamientos generados por la carencia de ellos, pueden verse en los brotes y parte media de las plantas.
Finalmente, cuando la planta llega a fin (en el caso de plantas anuales), tiende a liberar ciertos compuestos (fitohormonas) como señal de que su ciclo de vida ha llegado a su fin, este compuesto es el etileno, una especie de hormona de la vejez que le indica a las células y tejidos que el final ha llegado. Ante esto, no podemos hacer gran cosa ya que obedece a la genética de la planta.