La agricultura en el siglo XXI se enfrenta a múltiples retos: tiene que producir más alimentos y fibras a fin de alimentar a una población creciente con una mano de obra menor, así como más materias primas para un mercado de la bioenergía potencialmente enorme, y ha de contribuir al desarrollo global de los numerosos países en desarrollo dependientes de la agricultura, adoptar métodos de producción más eficaces y sostenibles y adaptarse al cambio climático (FAO, 2009).
Según la FAO, se prevé que la población mundial aumente en más de un tercio, o 2 300 millones de personas, entre 2009 y 2050. Esta tasa de crecimiento es muy inferior a la que se registró en las cuatro últimas décadas, durante las cuales se incrementó en 3 300 millones de personas, o en más del 90 %. Se prevé que casi todo este crecimiento tendrá lugar en los países en desarrollo.
Los agricultores en la actualidad tienen frente a ellos estos enormes retos de producción y es un hecho que los sectores públicos y privados deben aportar herramientas con base tecnológica para poder fortalecer la actividad de dichos agricultores.
En ese sentido, la FAO también prevé que el 90 % del crecimiento en la producción agrícola a nivel mundial (80 % en los países en desarrollo) se deba a rendimientos más altos y a la intensificación de cultivos, y el resto a la ampliación de la superficie de las tierras. La superficie de tierras cultivables se incrementaría en un unos 70 millones de hectáreas (menos del 5 %), quedando contrarrestado el aumento en los países en desarrollo, de alrededor de 120 millones de hectáreas (12 %) por una reducción de unos 50 millones de hectáreas (8 %) en los países desarrollados. La mayor parte de este aumento de superficie en los países en desarrollo tendría lugar en el África subsahariana y América Latina.
Sin embargo, el crecimiento en superficie de tierras cultivables, puede no ser la solución al problema de incremento de demanda de alimentos. Esto, debido a que no todos los suelos son aptos para la práctica de la agricultura. Existen problemas de fondo, como la falta de agua, falta de infraestructura de riego, cambio climático y los problemas de inestabilidad de las temperaturas y precipitaciones, problemas con la pérdida de fertilidad de suelos y uno muy importante, que se ha incrementado con el calentamiento global; las plagas y enfermedades.
Se han propuesto varias soluciones al reto de producir más con menos. Estas soluciones han involucrado el uso de bioestimulantes como agentes potenciadores de la producción; sin embargo, si el cultivo no cuenta con una nutrición, no digamos eficiente, sino mínima, no se expresará dicho incremento en porcentajes deseables. Estas soluciones se han expresado desde plataformas productivas diferentes, desde modalidades convencionales, pasando por las ecológicas, hasta llegar las propuestas completamente libres de sustancias sintéticas (o comúnmente llamado, orgánico).
Es necesario sumar esfuerzos, ninguna de estos modos de producción han demostrado sostenibilidad a largo plazo.
Ante esto, Grupo Fagro propone una modalidad, que si bien no es completamente nueva, si es innovadora en campo de la aplicación de insumos de nutrición y fitosanidad en los cultivos: agricultura sinérgica.
Ya en la primera década de este siglo, la ecóloga Emilia Hazelip, hablaba de sinergia en agricultura de la siguiente manera:
“La Sinergia implica el funcionamiento dinámico y concertado de varios órganos para realizar una función […]”
Sin embargo, esta definición, fue acuñada más bien en términos agroecológicos.
Hoy, Grupo Fagro propone, en medida de que las modalidades de producción lo permitan, una sinergia en la aplicación de insumos en agricultura con la campaña Dúos Dinámicos.
En dicha campaña, Fagro propone el uso de productos pertenecientes a su portafolio de soluciones (orgánico y convencional) en combinación. Esto, con base en la experiencia que su personal técnico ha acumulado a lo largo ya casi 25 años en el mercado. Las recomendaciones están sustentadas en la efectividad que los productos generan en sinergia, todos ellos, residuo cero, ecológicos y gran parte, orgánicos.
FAO, 2009. La agricultura mundial en la perspectiva del año 2050. Documento disponible en:
http://www.fao.org/fileadmin/templates/wsfs/docs/Issues_papers/Issues_papers_SP/La_agricultura_mundial.pdf
Emilia Hazelip. 2001. Foro abierto sobre agricultura sinérgica. Documento disponible en:
https://www.mapa.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/revistas/pdf_Ferti/Ferti_2001_4_15_17.pdf