Introducción: En este artículo, exploraremos los mecanismos de defensa de las plantas cuando se enfrentan a plagas o enfermedades, centrándonos en el concepto de resistencia inducida. Estos mecanismos, también conocidos como autodefensa, permiten a las plantas protegerse y combatir la acción de microorganismos dañinos, como virus, hongos y bacterias.

La resistencia sistémica

Para aumentar su nivel de resistencia, las plantas producen moléculas llamadas inductores o agentes inductores. Estas sustancias se liberan en el interior de la planta y desempeñan un papel crucial al activar y fortalecer la resistencia en las células vegetales, tanto en el área afectada como en otras partes distantes de la infección. Además, participan en otras actividades fisiológicas importantes.

Mecanismos de defensa pre-formados (pasivos)

Las plantas cuentan con defensas preexistentes en altas concentraciones en los tejidos sanos antes de que se produzca el contacto con el patógeno. Estos mecanismos se dividen en defensas estructurales y bioquímicas.

  1. Defensas estructurales: Estas barreras físicas previenen la penetración y colonización del patógeno. Incluyen la formación de cutículas, tricomas, estomas y fibras/vasos conductores.
  2. Defensas bioquímicas: Estas sustancias inhiben el crecimiento del patógeno o crean condiciones adversas para su supervivencia en los tejidos de la planta hospedante. Entre ellas se encuentran fenoles, alcaloides glicosídicos, lactosas insaturadas, glicosídos fenólicos y cianogenéticos, inhibidores proteicos, fototoxinas, quitinasas y β-1, 3 glucanasas.

Mecanismos de defensa post-formados (activos o inducidos)

En este caso, las sustancias están ausentes o presentes en bajos niveles antes de la infección, y se activan como respuesta a la presencia del patógeno. Al igual que los mecanismos pre-formados, se dividen en defensas estructurales y bioquímicas.

  1. Defensas estructurales: Estos mecanismos incluyen la formación de halos, engrosamiento de la pared celular, lignificación, suberinas, glicoproteínas ricas en aminoácidos hidroxiprolina (HRPG) y glicina (GRP), capas de corcho, capas de abscisión y tilosis (formación de callos).
  2. Defensas bioquímicas: En esta categoría se encuentran las fitoalexinas, proteínas relacionadas con la patogénesis, especies activas de oxígeno y fototoxinas. Además, se producen la muerte celular por reacción hipersensible, la acumulación de metabolitos secundarios con actividad antimicrobiana, la acumulación de enzimas hidrolíticas y la deposición de sustancias de refuerzo que impiden el avance del patógeno, entre otros.