Los fungicidas agrícolas son productos fitosanitarios cruciales para proteger los cultivos de las enfermedades provocadas por hongos. Su función principal es controlar y prevenir infecciones fúngicas, impidiendo la propagación de enfermedades que pueden perjudicar la salud y el rendimiento de las plantas. En este artículo, examinaremos los modos y mecanismos de acción de estos fungicidas, con especial atención a los fungicidas de contacto y sistémicos.

El término fungicida no solamente se refiere a un producto que tiene la capacidad de destruir hongos, sino que incluye también todos aquellos compuestos que pueden proporcionar resistencia a la planta huésped (planta que tiene en su interior al hongo fitopatógeno) o que convierten el medio ambiente en un lugar inadecuado para el desarrollo y crecimiento del organismo infeccioso. En estesentido, los fungicidas pueden actuar tal como se aplican o pueden modificar o ser modificados por tejidos de la planta para ejercer su efecto (Melgarejo, 2011).

Clasificación de los fungicidas

Los fungicidas pueden clasificarse de manera general de la siguiente manera:

En este artículo abordaremos la clasificación por Modo de Acción.

Fungicidas de contacto

Los fungicidas “de contacto” actúan cuando entran en contacto directo con el patógeno. Se adhieren a la superficie de la planta y algunos son capaces de formar una especie de barrera protectora, otros se degradan rápidamente al entrar en contacto con el hongo en la superficie, sin embargo, ese corto tiempo es suficiente para ejercer su control. Este tipo de fungicidas solamente se aplica en la superficie de las plantas y actúa en ese mismo lugar para así poder evitar que los hongos o sus esporas, germinen e ingresen a la planta. La aplicación de estos fungicidas debe realizarse con un volumen de agua suficiente y con equipos de aplicación que permitan efectuar una buena cobertura para aumentar la probabilidad de que el fungicida entre en contacto con el hongo o sus esporas. El azufre, el clorotalonil, el captan y los dióxidos (peróxidos) son ejemplos de este tipo de fungicidas.

Fungicidas sistémicos

Por otra parte, los fungicidas sistémicos son productos fitosanitarios diseñados para ser absorbidos por la planta y moverse a través de su sistema vascular, protegiendo así todas sus partes, incluso las nuevas y las más distantes del punto de aplicación. Estos fungicidas funcionan tanto de manera preventiva como curativa, ya que penetran en los tejidos de la planta y se distribuyen por el sistema vascular. Esto ofrece una protección duradera y eficaz, aumentando la resistencia de las plantas contra posibles ataques de hongos patógenos.

Los fungicidas sistémicos se desplazan junto con la savia de la planta, distribuyéndose por sus tejidos. Cuando un hongo patógeno invade la planta, el fungicida es llevado hasta la zona afectada. En ese lugar, detiene el desarrollo del hongo interfiriendo en su metabolismo o reproducción, lo que frena su propagación y reduce los daños.

Modos de acción combinados

Combinar fungicidas de contacto y sistémicos ofrece una estrategia integral para la protección de los cultivos. Los fungicidas de contacto actúan rápidamente al eliminar los hongos presentes en la superficie de las plantas, proporcionando una defensa inmediata. Por otro lado, los fungicidas sistémicos se absorben y se distribuyen por toda la planta, ofreciendo una protección interna y prolongada al combatir infecciones existentes y prevenir futuras. Esta combinación maximiza la eficacia del control de enfermedades fúngicas, asegurando tanto una respuesta rápida como una protección duradera, lo que resulta en cultivos más sanos y productivos.

Bibliografía:

Melgarejo García, J. (2011). Fungicidas: mecanismos de acción de los fungicidas. Revista Ventana al Campo Andino, 193-202.