¿Qué es el Suelo?

La palabra suelo deriva del latín “solum=sólido” y se refiere a la parte sólida de la superficie del planeta para diferenciarla de los mares.

Siendo más precisos, se definiría cómo:

“Un ente natural que se forma mediante procesos de alteración de los minerales meteorizables, evolución de las materias orgánicas humificables, estructuración de las partículas agregables y migración de algunos componentes finos o de iones desplazables (Gascó, 2001)”.

¿Cómo se formó el suelo?

¿Cómo se formó el suelo?

El suelo en su fase sólida contiene materia orgánica y materia mineral. A su vez la materia orgánica contiene, tejidos originales y sus equivalentes parcialmente descompuestos (Macro- y microfolora) y el humus (Sustancias coloidales de origen orgánico).

En la agricultura en general, son necesarios nutrientes para las plantas, de los cuales, algunos se encuentran por naturaleza en el suelo. Todos estos nutrientes en el suelo, pueden encontrarse bajo las siguientes condiciones:

  • Solubilizados en la fase líquida
  • Intercambiables: Iones enlazados por cargas eléctricas de las partículas del suelo (coloides húmicos y minerales)
  • Quelatados, formando complejos: La mayor parte de los micro-elementos son metales pesados, capaces de formar complejos con agentes complejantes o quelatantes de la materia orgánica del suelo, esta es la forma en la que mejor asimilan las plantas esos nutrientes, sin embargo, es poco frecuente en los suelos usados intensivamente.
  • Minerales secundarios de las arcillas y óxidos metálicos insolubles.
  • Minerales primarios: Componentes de la roca madre.

Los nutrientes o también llamados nutrimentos se presentan en un estado dinámico en el suelo. Se añaden o remueven de manera continua mediante diversas vías y la fertilidad de un suelo depende de las tasas relativas de adición y remoción de sustancias nutricias.  Además, los elementos pueden retenerse con más o menos firmeza en el suelo, por enlaces químicos y físicos.

Así pues, la fertilidad puede afectarse también por la facilidad o dificultad con que los nutrimentos se absorben por la raíz, así como por su tendencia a permanecer o ser lavados del suelo por la lluvia o el movimiento de agua subterránea.

Los iones disueltos en la fase  suelo-agua  están libremente disponibles  para  las raíces; los  que están  vinculados a partículas del  suelo  sólo  están  disponibles  conforme entran  en solución; de  manera  que  la fertilidad de  un  suelo  depende  de  la concentración de nutrimentos en solución, no de los elementos nutritivos  que  contenga, de  manera  que  la fertilidad de  un  suelo  depende  de  la concentración de nutrimentos en solución, no de los elementos nutritivos  que  contenga.

Intercambio de Cationes

Aunado a todo lo antes mencionado, la fertilidad del suelo depende igualmente de la capacidad de intercambio de cationes (CIC), ya que entre más alta sea el CIC generalmente hace al suelo más fértil. Generalmente el CIC tiene a ser más alto cuando, más fértil tiende a ser el suelo, cuanta más arcilla tiende a tener el suelo y cuanta más materia orgánica tiende a tener un suelo.

¿Qué es un Catión?

La palabra catión proviene del latín “cata-e ion”. Cata significa “hacia abajo” y “ion” quiere decir “vengo”. El catión es un ion con carga eléctrica positiva, en otras palabras, que han perdido electrones. Los cationes se definen con un estado de oxidación positivo. Químicamente, se trata cuando un átomo neutro pierde uno o más electrones de los que tiene asignados originalmente, este fenómeno se conoce como ionización.

Los cationes predominantes en los suelos agrícolas son los siguientes: K+, Ca2+, Mg2+, Na+, Al3+ y H+. Estos también son considerados “cationes intercambiables”, porque pueden ser reemplazados por otros cationes presentes en la solución del suelo.

Otros nutrientes vegetales que llevan una carga positiva, pero están presentes en menores cantidades en el suelo, son NH4+, Fe2+, Mn2+ y Cu2+.

Sólo una pequeña porción de los nutrientes catatónicos está en la solución del suelo. Los cationes intercambiables, que están adheridos a las superficies de las partículas del suelo, están en equilibrio con la solución del suelo.

La capacidad de intercambio catiónico en el Suelo (CIC) es la propiedad química del suelo y se refiere a la cantidad total de cargas negativas que están disponibles sobre la superficie de las partículas en el suelo. Es un indicador del potencial del suelo para retener e intercambiar nutrientes vegetales, mediante la estimación de su capacidad para retener cationes. Por lo tanto, la CIC del suelo afecta directamente a la cantidad y frecuencia de aplicación de fertilizantes.

Las sustancias húmicas o humus contienen cargas que facilitan el intercambio catiónico. Estas sustancias son moléculas complejas de color negro o café obscuro con elevado peso molecular, propiedades coloidales e hidrofílicas, capacidad de adsorción y desorción iónica, liberación de nutrimentos a mediano y largo plazo. Estas sustancias húmicas son clasificadas con base en la solubilidad de sus componentes en soluciones de diferente pH. Así resultan cuatro fracciones: ácidos fúlvicos, ácidos húmicos, ácidos himatomelánicos y huminas.

Sabiendo la importancia del intercambio de cationes para la fertilidad del suelo, Grupo Fagro creo un nuevo producto que contiene cargas similares a las de las sustancias húmicas que ayudan al intercambio logrando así que al aplicar un fertilizante estos se amarren y sean mejor asimilados por la planta.

El nuevo producto de Grupo Fagro se llama: IONI-COH es un mejorador de las características físicas, químicas y biológicas de suelos agrícolas y precursor del aprovechamiento de nutrientes en aplicaciones foliares y edáficas.

IONI-COH está compuesto de partículas diminutas de ácidos orgánicos (Fúlvicos y Carboxílicos); en el suelo, estas partículas tienen la capacidad de atraer nutrientes, agruparlos y ponerlos a disponibilidad de la planta, evitando así la pérdida de estos por factores físicos y químicos.

Biológicamente, IONI-COH actúa como precursor del equilibrio microbiano de los suelos (prebiótico), al promover las características idóneas para el desarrollo de organismos benéficos.

En aplicaciones foliares, potencializa el efecto de los nutrientes, macros y micros y reduce las interacciones negativas entre ellos; incrementa la tasa de absorción de éstos por las plantas aumentando la velocidad de absorción y translocación.

Beneficios:

  • Incrementa la absorción y aprovechamiento de Macro y Micronutrientes en el suelo.
  • Incrementa la Capacidad de Intercambio Catiónico del suelo.
  • Con su uso frecuente, se reduce el fenómeno de compactación de los suelos.
  • Crea un entorno óptimo para el desarrollo de microorganismos benéficos en el suelo.
  • Potencializa el efecto de nutrientes en aplicaciones foliares.
  • Contribuye a disminuir la cantidad y frecuencia de aplicación de fertilizantes ya que incrementa su eficiencia.
  • Promueve el desarrollo de raíces sanas.

Información prpoprcionada por el Ing. Rodrigo Pedraza, Coordinador de Desarrollo Técnico – Biorganix

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