El Fósforo (P) es el segundo nutrimento mineral en importancia en la agricultura nacional y mundial; la razón es porque el Fósforo es un elemento muy reactivo en el suelo y rápidamente pasa a formas más complejas que son de difícil absorción para las plantas. En otras palabras, gran parte de la superficie agrícola mundial tiene un alto potencial de retención del Fósforo. Por ejemplo, el Fósforo es fuertemente enlazado a partículas del suelo o fijado en las partículas de la materia orgánica, lo que limita su disponibilidad para los cultivos.

El Fósforo favorece el crecimiento radicular, mejora la eficiencia de los nutrientes, del uso del agua y aumenta el rendimiento. La absorción y reducción de nitrato es un proceso que consume energía, la cual es suministrada por el trifosfato de adenosina (ATP). En consecuencia, el metabolismo de nitrato está relacionado con el suministro P.

Por ejemplo, las plantas absorben más N debido a un mejor desarrollo de la raíz. Se observó que la aplicación de P en combinación con fertilizante nitrogenado, disminuyen la concentración de proteína en comparación con la aplicación de N solamente.

En contraste con el Nitrógeno, el Fósforo no se encuentra en forma reducida en las plantas, sino que permanece como fosfato, ya sea en forma libre o como un compuesto orgánico, principalmente como éster fosfórico con grupos hidroxilos, o formando enlaces anhídridos ricos en energía, como es el caso del ATP o del ADP. Desempeña, por tanto, un papel clave en la fotosíntesis, en la respiración y en todo el metabolismo energético.

El Fósforo participa en un gran número de reacciones enzimáticas que dependen de la fosforilación. En la mayoría de las plantas el fosfato se redistribuye fácilmente de un órgano a otro acumulándose en las hojas jóvenes y en las flores y semillas en desarrollo.  El Fósforo se acumula principalmente en las regiones meristemáticas del tallo y raíces.

Proroot® Regulador de crecimiento diseñado para inducir y estimular el crecimiento de raíces y el engrosamiento de tallos

Su formulación se basa en una mezcla balanceada de hormonas “enraizadoras” macronutrientes y ácidos fúlvicos, los cuales son de fácil absorción y asimilación tanto por vía foliar o radical. Las auxinas (ANA y AIB) son principales hormonas exógenas que ejercen el control primario en la formación de raíces y actúan conjuntamente con cofactores del enraizamiento.

El enraizador con las más altas concentraciones de Nitrógeno y Fósforo en el mercado. Por su formulación robusta se obtienen mejor aprovechamiento de nutrientes, incremento en la superficie radicular (raíces secundarias) que genera plantas más productivas. Fue diseñado para el crecimiento de las raíces y el engrosamiento de tallos.

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