Las enfermedades de las plantas son el resultado de la interacción entre los patógenos, hospederos y el medio ambiente. Con el fin de disminuir inóculos de patógenos en el cultivo de tomate, se recomienda desinfectar el suelo, charolas de germinación, plantas y las estructuras del invernadero. El uso de productos orgánicos como los peróxidos se vislumbra como un agente oxidante de amplio espectro que se utiliza ampliamente para eliminar bacterias, hongos, virus y esporas, además de tener la capacidad de cicatrización en frutos como el tomate.


Desinfección de suelo


La desinfección de suelos con productos como el peróxido de hidrógeno permiten disminuir la contaminación ambiental de suelos. Aportan oxígeno a las raíces de las plantas al entrar en contacto con materia orgánica, se descompone liberando oxígeno, resultando este proceso beneficioso para el sistema radicular. Recomendación (5-10 L/HA).


Desinfección de charolas de germinación


Las charolas con plantas suelen contaminarse por hongos y bacterias, debido a que solo suelen lavarse con agua y jabón, pero la desinfección con peróxido de hidrogeno previene esta contaminación. Una ventaja de usar peróxido de hidrogeno es que es biodegradable y su descomposición no genera residuos. Recomendación (2.5-5 mL/L de agua).


Aplicación foliar

Puede aplicarse tanto en riego como en aplicación foliar sobre la planta, consiguiendo de ese modo eliminar insectos, huevos y hongos que estén en hojas y/o sustrato. Recomendación (10 mL/L de agua).


Desinfección de invernaderos


La composición del peróxido de hidrogeno le permite adherirse a las superficies y ambientes para la correcta desinfección en áreas como invernaderos. Su aplicación elimina las bacterias, hongos y virus presentes dentro de la estructura del invernadero. Recomendación (10-20 mL/L de agua).

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